Recientemente, un domingo por la mañana, estaba caminando por la ciudad donde estudié Teología. La ciudad seguía dormida y estaba inusualmente silenciosa. Me abrí camino por los barrios históricos y llegué a un lugar que conocía muy bien. Hice una pausa para mirar la vieja puerta de madera que daba acceso a la facultad de Teología. Aunque no extraño mis estudios, estar allí me hizo sonreír al recordar mi primera semana en la universidad, hace más de 6 años.
En ese entonces, era el deseo de mi corazón estudiar Teología. Sabía que era exactamente donde Dios quería que estuviera. Pero, lamentablemente, no pude disfrutar mucho de mis estudios. Mi corazón estaba lleno de miedo y mi cuerpo sufría de un dolor constante.
En ese momento, estaba luchando contra un dolor crónico en mis manos. Ya fuera escribiendo en mi teléfono, sosteniendo un libro, cerrando la puerta con llave, cambiándome de ropa o trabajando en mi computadora, me dolía el cuerpo. Además de eso, también lidiaba con dolores de cabeza todas las noches, fatiga constante y problemas digestivos. Me preguntaba cómo sobreviviría a las clases en las que se suponía que debía tomar notas durante una hora y media seguidas. ¿Cómo podría estudiar para mis exámenes y leer trabajos mientras mi cuerpo me dolía tanto?
Este no era mi único miedo. Luché contra una forma leve de ansiedad social durante ese tiempo. Además de eso, estaba obsesionada con la sensación de que algo malo podría suceder en cualquier momento: alguien cercano a mí podría morir, otro mal diagnóstico podía llegar, etc. Cuando alguien me llamaba, esperaba lo peor. Vivía con miedo constante a las malas noticias. La ansiedad y la preocupación llenaban mi mente todos los días.
Hoy, ni siquiera sé si debería reírme de mis miedos del pasado o simplemente alabar a Dios por librarme.
Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Salmo 34:4.
En esa reciente mañana de domingo, todos esos pensamientos que tenía cuando comencé a estudiar afloraron en mi conciencia. Y me di cuenta de que ninguno de mis miedos y preocupaciones se hizo realidad. ¿Escuchaste?
NINGUNA de todas las preocupaciones y pensamientos ansiosos que rodeaban mi mente en ese entonces se convirtieron en realidad.
Mirando hacia atrás, veo cómo todo se desarrolló de manera tan natural. Parece que Dios siempre tuvo su plan maestro en mente. Sabía lo que estaba haciendo y ciertamente no me decepcionó.
Esos años difíciles me depuraron. Dios vio mi dolor y mis desafíos y me liberó de mis miedos. Ni siquiera puedo creer cuánto tiempo perdí preocupándome y cediendo a la ansiedad, mientras que simplemente podía haber confiado en que Dios me sacaría adelante.
Hoy estoy libre de la ansiedad social. Estoy curada del dolor crónico. Tengo el esposo más maravilloso, un matrimonio feliz y pronto dos hermosas hijas.
Dios me llevó de la duda a la fe, del miedo a la confianza, del dolor a la sanación y de las tinieblas a la luz.
Ese período de 6 años fue muy difícil para mí. Pero Dios me sacó de allí, paso a paso. Me ayudó a liberarme de lo que me estaba reteniendo.
Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. Salmo 34:8.
No entendía el proceso en ese entonces, pero estando en el mismo lugar, 6 años después, me di cuenta de cómo Dios me liberó. Y no puedo dejar de alabarlo y agradecerle su bondad.
Con esta historia personal, quiero animarte a no ceder al miedo o la desesperanza. No esperes que suceda lo peor mientras se avecinan cosas buenas. Confía en que Dios te sacará de tus luchas actuales y obedécelo con todo lo que él ponga en tu corazón.
Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Salmo 37:5
Este post ha sido traducido por María Raffo.
6 replies on “Como Dios me cambió”
God bless you, Madeleine.
I bet you my walk with God would have been easier years back if I answered the call and He had to push me to the wall until I said yes, Everything started changing. I am currently going through a process of self-discipline and movements of intimacy with the Lord. My old me has gone and behold he has made me new.
I always lie reading from you.
Thanks for your words. I’m so happy to read about how God has made you new. He will finish what he started in you.
This is so powerful and encouraging, my friend! I remember all the time I wasted in anxiety and worry, too, and am so grateful for God’s faithfulness during those times. Also, loved this sentence: “Don’t expect the worst to happen while good things are coming.” AMEN! Thank you for sharing your testimony!
Thank you. 😊💕
Thank you my friend Madeline for your writing and reminding me How God changed my Life. Continue to write His Word🔥
Thank you so much.