¿Qué pasa con los momentos en que parece que todo el infierno se vuelca contra ti? ¿Qué haces cuando sientes una gran angustia, y eres incapaz de encontrar una salida a tu desesperación? ¿Cómo reaccionas cuando el peso de tu dolor y tus problemas amenazan con aplastarte? Probablemente haces lo que haría cualquier persona cuerda: clamas a Dios por ayuda.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo. Salmos 22:1-2
Jesús sabía cómo se sentía. Mientras estaba en gran angustia, clamó a su Padre celestial por ayuda. Traicionado por su propio pueblo, abandonado por sus discípulos, aparentemente abandonado por Dios y torturado por el maligno.
El Salmo 22 escribió la historia de la iglesia debido a la precisión con la que describe el sufrimiento de Jesús. El gran Mesías incluso cita sus dos primeros versículos mientras estaba adolorido en la cruz.
Las personas que acompañaron a Jesús y esperaban que él fuera el Mesías tan esperado, quedaron devastadas. Sus esperanzas de que un Mesías los liberara del reinado de Roma se hicieron pedazos. Ninguno de los discípulos hubiera esperado que lo que parecía ser una entrada triunfal de Jesús en Jerusalén significara que su muerte estaba a la vuelta de la esquina.
Pero el terrible sufrimiento de Jesús resultó en algo mucho mayor. Algo que ninguno de sus discípulos podría haber anticipado: la inauguración del reino de Dios. Lo que comenzó en agonía terminó en la gloriosa resurrección tres días después. Incluso, se convirtió en el punto de inflexión fundamental de la historia. Hoy sabemos que la resurrección fue solo el comienzo del establecimiento del reino de Dios.
Es posible que te enfrentes a problemas y dolor en este momento. No sé por qué ciertas cosas sucedieron o dejaron de suceder en tu vida. Pero estoy segura de que llegará un momento en el que volverás a experimentar la alegría. Lo sé, probablemente no puedas imaginar volver a sentir una emoción agradable nunca más. Pero te puedo garantizar que llegará otro momento. ¿Por qué? Porque conozco a Dios. Y su palabra dice que la vida consta de estaciones (Eclesiastés 3: 1-8).
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; Eclesiastés 3:4
Después de que Jesús y sus discípulos pasaron por grandes sufrimientos, su gozo fue aún mayor.
Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro;
Sino que cuando clamó a él, le oyó. Salmos 22:24
Dios salvó a Jesús. Pero no de la forma que se hubiera esperado. Dios no eliminó el dolor y el sufrimiento de su propio Hijo, pero luego le concedió la mayor victoria.
Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto; Salmos 22:31
Llegará el momento en que podrás alabar a Dios nuevamente, declarando su justicia mientras proclamas lo que Él ha hecho. Dios restaura a su manera, que puede ser la más inesperada. Quiero invitarte a leer Hechos para conocer los primeros frutos después de la resurrección de Jesús. Lee acerca de innumerables vidas que han cambiado gracias a lo que Cristo ha hecho. Recuerda que tu sufrimiento puede terminar en victoria y también en un nuevo comienzo.
Este post ha sido traducido por María Raffo.
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3 replies on “Mi Dios, ¿por qué me has abandonado?”
Genau jetzt brauche ich diese Worte, ich bin festen Glaubens, Gott hat sie mir geschickt. Gerade hängt soviel in der Luft und es wird für mich so knapp. Ich brauche Gottes Hilfe.
Dieser Blog-Post hilft durchzuhalten und hoffentlich eine Lösung zu finden. 🙏🏼
Liebe Barbara. Es freut mich, dass dich mein Post angesprochen hat. Ich bete, dass Gott dir hilft und bald eine Lösung aufzeigt.
Thank you Jesus