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Cuando Dios no responde tus preguntas

Cuando comencé a estudiar Teología, esperaba encontrar respuestas sólidas a mis preguntas más difíciles. Buscaba más seguridad y estabilidad en mi fe y esperaba obtenerlas sabiéndolo todo. Pensé que cuando estudiara los idiomas antiguos, el contexto cultural e histórico de los libros de la Biblia y las doctrinas sobre las cosas de Dios, tendría las respuestas que estaba buscando. Estaba segura de que al final de mis estudios conocería la voluntad de Dios en cada situación y tendría respuestas muy claras a las preguntas sobre la fe.

Lo que encontré no fueron respuestas sino más preguntas. En la universidad, un lugar donde esperaba encontrar claridad, me di cuenta de que nada estaba realmente claro. Todo puede ser cuestionado y debemos aproximarnos a las diferentes teorías con discernimiento. He leído libros de grandes teólogos con una visión excepcional y una pasión por la palabra de Dios. Algunos profesores llevan años trabajando 16 horas diarias, intentando llegar a la raíz de los pasajes. Aunque tienen MUCHAS cosas increíbles que decir, no conocen todas las respuestas. Siempre hay muchos aspectos abiertos a la discusión y muchos otros que retan nuestro entendimiento de lo que es lógico.

Me di cuenta de que lo que realmente buscaba era certeza. Pensé que cuando tuviera todas las respuestas, sabría qué decisión tomar bajo cualquier circunstancia. Sabría cómo vivir mi vida, lo que me depararía el futuro y lo que vendría después. Sí, he aprendido mucho durante mis estudios y ciertamente he crecido en el campo de la teología. Pero no tengo todas las respuestas sólidas que esperaba obtener.

Mientras estudiaba, luché contra problemas de la vida real. Mi mayor lucha fue mi salud. No sabía por qué tenía que pasar por tanto dolor. Por supuesto, he aprendido diferentes formas de abordar la cuestión del sufrimiento. Pero me di cuenta de que no había explicaciones convincentes de por qué existe el mal, solo hay suposiciones. Esas teorías están respaldadas por argumentos malos, buenos o excelentes, pero ninguno de ellos presenta una imagen clara y una respuesta sólida sin ningún signo de interrogación.

Las doctrinas son importantes, el discernimiento es necesario y el conocimiento es, ciertamente, poder. Pero existen limitaciones del saber cuándo se trata del conocimiento de Dios. Con una actitud humilde, debemos esforzarnos por llegar a la raíz de las cosas. Cuando sabemos que no sabemos, estamos abiertos a aprender y, por lo tanto, podemos aumentar nuestra sabiduría.

Pero muchas veces Dios no nos da respuestas claras a nuestras preguntas. Lo que realmente quiere de nosotros es nuestro “sí” y “Dios, confío en ti”. No hay certeza real en ninguna parte de esta vida. Podemos buscar seguridad en nuestras finanzas, salud, personas, etc. Pero esos pilares son inestables y pueden colapsar en cualquier momento. Si bien toda nuestra vida es incierta, la fe es la única certeza que existe.

Durante mi batalla con mi salud, le pedí a Dios una explicación, una perspectiva y una guía todos los días. A medida que mi porqué se hacía más fuerte, me sentía más y más desesperada y perdía las esperanzas. En el proceso de no obtener las respuestas que anhelaba, he aprendido que mi caminar con Dios se basa en la fe. La clave es confiar en él.

Hasta el día de hoy, no sé por qué tuve que lidiar con el dolor crónico durante 5 años. Fue el período más difícil de mi vida y aún tengo más preguntas que respuestas. Pero lo que he aprendido es esto: la certeza solo se encuentra en Dios y no en el conocimiento. Se requiere fe y confianza.

Sí, conocer a Dios proporciona estabilidad. Es importante saber quién es Dios, qué ha estado haciendo y quiénes somos nosotros en su luz. Pero existen limitaciones para explicar cómo trabaja y por qué suceden las cosas. No sabemos con certeza por qué el mundo es como es y el significado de la vida en general (glorificar a Dios ayuda, pero no nos da todas las respuestas).

Puedo decirte que el mejor lugar en el que puedes estar es aquel donde no lo sabes todo. Cuando no tienes el control y no puedes ver lo que sigue, debes regocijarte y alegrarte, porque entonces tienes que confiar en Dios y estar abierto a crecer en su sabiduría. Y cuando estás construyendo toda tu vida sobre la fe, tienes una base sólida y estable.

Cuando dejas ir la estabilidad y las explicaciones superficiales, empiezas a caminar por fe. A medida que Dios responda a nuestra fe, se encontrará contigo en ese lugar donde darás más y más pasos para confiar en él.

Este post ha sido traducido por María Raffo. 

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12 replies on “Cuando Dios no responde tus preguntas”

Thank you Madeline, I really love this article. You are right – we are always looking for certainty so we can have control of our situations and life. The only certainty and stability is in trusting God.

Thank you for this!

The first line got me, it is exactly where I Am at , asking God one thing , Him answering by talking about something else, thank you Madeleine, gotta trust God 🙏 and his process . Amen

I can totally relate to this, Madeleine, and you explained the journey of faith beautifully. “When you let go of stability and shallow explanations, you start walking by faith.” – YES to this! He’s taught me that over the past few years as well. Thank you for sharing your wisdom and your journey with Him; it’s such a blessing!

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